La fiscalía pidió una pena de 30 años de prisión para el curandero concordiense acusado de cuatro abusos sexuales. La defensa solicitó la absolución de Ramón Zabala.
La fiscalía solicitó este lunes una pena de 30 años de prisión para el curandero concordiense acusado de ser el responsable de cuatro abusos sexuales. Mientras que la defensa pidió la absolución de Ramón Zabala. El Tribunal integrado por Pablo Jorge Garrera Allende, Silvina Gallo y María Clara Mondragón pasó a un cuarto intermedio y en pocos días más darán a conocer su veredicto.
El “curandero” se encuentra en la Unidad Penal N° 3 con prisión preventiva, acusado de al menos cuatro hechos de violencia sexual. Llegó a juicio acusado de Abuso Sexual y Amenazas que contempla una pena que va de 6 a 15 años de prisión.
En el debate el Ministerio Público Fiscal representado por Mauro Jaume y Francisco Paoli, solicitó 30 años de prisión para el acusado. Consideró probados los hechos y marcó la contundencia de los testimonios de las víctimas.
La querella integrada por Brenda Vittori y Pablo Moyano Ilundain, que representan los intereses de las víctimas, solicitaron 36 años de prisión para Zabala.
Mientras que en el defensor del imputado, Joaquín Garaycoechea, pidió la absolución.
Zabala, de 65 años, está acusado de cuatro hechos de abuso sexual con acceso carnal, un delito que, de acuerdo al Código Penal, prevé penas de entre 6 y 15 años de prisión por cada cargo. El caso tiene su origen en una denuncia presentada en octubre de 2022, cuando tres mujeres decidieron hablar sobre los abusos padecidos.
En marzo de 2023, se sumó el testimonio de una cuarta víctima, lo que generó la imputación formal contra Zabala por el delito de abuso sexual agravado con acceso carnal.
En el transcurso de la investigación, la justicia dispuso la realización de pericias psicológicas a las víctimas, además de un allanamiento en el lugar donde supuestamente ocurrieron los abusos, encontrando documentación y fotografías del lugar.
Zabala, conocido por su actividad como supuesto “parapsicólogo”, tenía un consultorio en la zona céntrica de Concordia, en calle Las Heras, donde atendió a personas de diversas partes del país desde mediados de la década de 1990 hasta el año pasado.
Durante ese período de tiempo, fue considerado un “sanador” y asesor espiritual, especializándose en prácticas como el reiki y la grafología. En algunos casos, de acuerdo al testimonio de las denunciantes, incluso llegó a jactarse de haber sido convocado como clarividente para asistir en investigaciones policiales.
Tras varios años de actuaciones judiciales, las denunciantes encontraron un poco de paz al concluir el debate. Ahora deben aguardar la decisión del tribunal.