Yanina Elordi es docente de la escuela secundaria ° 37 “Che Guevara”, ubicada en la zona noroeste de la ciudad del «citrus». En la esquina de la escuela, entre calles J. J. Valle y Los Ruiseñores, hay charcos de agua servidas que inundan con olor nauseabundo la escuela. “Es el perfume del barrio, es tristísimo”, señaló la docente a medios locales.
Elordi alertó que como docentes están obligados a exigir a las autoridades que mejoren la calidad de vida de la comunidad. De lo contrario, se instala con fuerza la creencia de que la vida en los barrios es sinónimo de malestar o padecimientos y que no se puede hacer nada por revertir eso. Eso se refleja en que: “no importa lo que hagamos, es lo que nos tocó”, disparó.
Según precisó la docente que hace de vocera de la comunidad educativa, hay una especie de arroyo de donde emana el agua. Ese arroyito que cruza por detrás de un anfiteatro ubicado en la la plaza interbarrial denominada «ARA San Juan» desde 2022, ubicada en un terreno lindero al este de la escuela. Sale el agua y se estanca en los pozos que hay en las calles. “Hay un cauce que trasciende el arroyo y la calle y está el agua que está estancada, podrida”, destacó.
Cuando llueve, los charcos se enanchan y con el calor, la fetidez se expande. Elordi remarcó que han hecho muchas veces los reclamos correspondientes, pero no obtuvieron repuesta hasta el momento. “Cada vez está peor”, agregó. “Con la campaña del dengue tratamos de concientizar como docentes de la importancia de lo que es el cuidado y la prevención pero realmente la realidad que se vive es muy compleja para llevar adelante un trabajo preventivo de salud”, precisó.
“Esta situación es algo que viene sucediendo desde hace muchos años. Los docentes, la comunidad educativa en realidad y familiares del barrio ya que la escuela nuclea a estudiante de toda la zona noroeste, hemos hecho el reclamo. Tenemos una nota que está circulando donde pedimos la adhesión con las firmas porque esta situación viene desde hace varios años”, contó. La escuela está en el límite entre varios barrios como el Fátima II, Villa Gobernador Cresto, Capricornio y San Jorge.
Mas adelante, la docente indicó que cree firmemente que las autoridades están al tanto del tema. “Lo que exigimos es que esto se solucione porque es algo que no puede continuar así. Como ciudadanos exigimos que nuestros representantes atiendan su rol que es garantizar una vida digna”, manifestó.
“Como docentes circulamos todos los días por ahí. Y no podemos naturalizar ese modo de vida. Esa podredumbre refleja en la comunidad que las cosas son así. Se maneja un mensaje de que ‘no importa lo que hagamos; es lo que nos tocó; es así; no hace falta exigir estar mejor porque total nadie hace nada’. No es así”, reflexionó.
En jornadas de temperaturas sofocantes como las que genera la ola de calor, en la “Che Guevara” no puede salir al patio por el olor. “Es contraproducente. Nos recae más trabajo del que tenemos que hacer”, expresó. “Queremos que esto se solucione; queremos estar un poquito mejor. No es tanto lo que pedimos”, dijo.
“Eso influye muchísimo en la cultura, la educación de la gente. No podemos llevar adelante programas educativos, de prevención o cuidado de la salud cuando la situación en los barrios no son consecuencia de ese mensaje. Es como que decimos una cosa pero hacemos otra. Es frustrante como docente”, finalizó.
Mientras tanto y en medio de acuerdos políticos entre el Frigerio y Azcué, los niños quedan «una vez más» postergados, dejando a las claras que una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace. Nos preguntamos conociendo las ideas sobre el peronismo que profesa Azcué, tendrá algo que ver el nombre de la secundaria. O es una escuela más, olvidada ?