Tras la escandalosa detención del ex presidente de Enersa, Jorge González, por orden de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado en una causa que investiga sobornos, contrataciones irregulares y enriquecimiento ilícito, todo apunta a que en las próximas horas podría caer uno de sus principales brazos ejecutores: Pablo Bertocchi.
Bertocchi es actualmente gerente de Enersa, pero además fue precandidato a senador por el Partido Justicialista. Hombre de confianza del bordetismo, vinculado también a Edgardo Kueider, su nombre vendría sonando fuerte en la causa que sacude los sótanos del poder entrerriano. Su rol como operador territorial y administrativo en la empresa de energía, durante los años en que se investiga una estructura de corrupción sistemática, lo ubicaría en el centro de la tormenta.
Pero no solo su función dentro de Enersa lo compromete. Su vida personal y patrimonial está bajo la lupa judicial: Bertocchi protagonizó un accidente doméstico en una fastuosa mansión que sería de su propiedad, cuyo valor y características no se condicen de ningún modo con los ingresos de un gerente de una empresa estatal. Según fuentes del expediente, ya se habrían incorporado elementos que revelan un nivel de vida imposible de justificar con salario público, viajes al exterior, vehículos de alta gama y una red de testaferros que estarían siendo investigados por la justicia federal.
La causa «Securitas», que ya generó el desplome de González, está avanzando sobre la hipótesis de una estructura de coimas institucionalizadas a través de contrataciones truchas con empresas de seguridad, pagos por servicios no prestados, horas adicionales ficticias y retornos a funcionarios. La Gendarmería Nacional encontró en la casa de González bolsos con dólares, euros y pesos, además de documentación clave que comprometería a otros funcionarios.
Desde San Isidro, no se descarta que en cuestión de horas se podría activar su orden de detención. De hecho, fuentes judiciales aseguran que los investigadores ya han detectado maniobras para ocultar bienes y vaciar cuentas. La posible detención de Bertocchi sería el próximo paso lógico para completar un rompecabezas de corrupción que dejó escuelas sin arreglar, rutas destruidas, usuarios con tarifas impagables, y una provincia saqueada mientras unos pocos hacían fortunas con el dinero público.
Entre Ríos comienza a conocer los rostros de la impunidad. González ya cayó.
