• 30 de julio de 2025 18:09

Nogoyá: detienen a un conductor reincidente con alcoholemia extrema

Un hecho preocupante ocurrió en el Puesto de Control Vial Nogoyá en medio de un procedimiento de rutina. Un conductor fue arrestado por efectivos de la Dirección General de Prevención y Seguridad Vial, tras que su examen de alcoholemia arrojara un resultado superior a 3.0 gramos por litro de alcohol en sangre, cifra que no solo excede ampliamente el límite permitido, sino que también representa un récord.

Según trascendió, la medición fue elevada que superó el límite de medición del alcoholímetro. El hombre demorado en Nogoyá superó al conductor de Paraná que registró el sábado 4 de enero de este año 2,95 gramos de alcohol en sangre durante un control en calle Celia Torrá y Cesario de Quirós. Con anterioridad el máximo nivel nacional de alcoholemia lo tenía un conductor en Santa Lucía, en el Gran San Juan, que había registrado 2,85 gramos.

El hombre mayor de edad oriundo de Lucas González, conducía un Peugeot Expert y no solo circulaba con niveles peligrosos de alcohol, sino que además tenía su licencia inhabilitada para manejar. Según los registros oficiales, la prohibición estaba vigente desde el 8 de noviembre de 2024 hasta el 8 de noviembre de 2025, evidenciando una reincidencia grave en el incumplimiento de las normas de tránsito.

Se libraron las actas de infracción, se le retuvo la licencia de conducir y además se procedió al secuestro del automóvil.

Según se informó, el conductor tiene graves problemas de alcoholismo y, a pesar de la prohibición que le aplican, continúa manejando.

Desde el área de Prevención Vial de la Policía reiteraron la importancia de la Ley N° 10.460, conocida como “Alcoholemia Cero”, cuya intención es prevenir accidentes de tránsito derivados del consumo de alcohol al volante. La normativa prohíbe cualquier nivel de alcohol en sangre para quienes conducen dentro del territorio de Entre Ríos, reforzando así el compromiso con la seguridad vial.

Expertos en seguridad vial destacan que una concentración de más de 3.0 g/l de alcohol en sangre puede afectar severamente la capacidad de reacción, el juicio y la coordinación, convirtiendo a la persona en un riesgo tanto para sí misma como para terceros.

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