El ex gobernador se encuentra alojado separado del resto de los presos. Le revisan la comida que le lleva la familia y puede hacer llamados telefónicos con autorización.
El ex gobernador Sergio Urribarri cumplió dos semanas de encierro en la Unidad Penal de Paraná este martes, mientras espera el tratamiento del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia a su recurso de impugnación extraordinaria con el que intenta revertir el fallo de la Cámara de Casación que lo encerró en la Unidad Penal de Paraná.
El director General del Servicio Penitenciario de Entre Ríos, Aníbal Miotti, informó las condiciones de detención de Urribarri junto a su cuñado Juan Pablo Aguilera y su ex ministro de Cultura y Comunicación, Pedro Báez.
Están alojados en “un pabellón que antiguamente era un depósito”, aislado del resto de los internos, “con condiciones de habitabilidad necesarias y regímenes de visita comunes”, señaló el funcionario.
Miotti aclaró que Urribarri, Aguilera y Báez “no tienen condiciones especiales” de prisión a pesar de los rangos que ocuparon en el Estado provincial. No tienen teléfonos y hacen sus llamadas desde el sector destinado a ese uso en la cárcel.