Desde noviembre de 2023, la economía argentina ha enfrentado un escenario desolador en comparación con las crisis previas, evidenciado por el aumento del cierre de pequeñas y medianas empresas (pymes) y la destrucción de empleos registrados.
Datos oficiales indican que durante la administración de Javier Milei se han cerrado más empresas que durante la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, anotando un total de 15.564 pymes que han bajado sus persianas y 223.537 empleos registrados destruidos en apenas 18 meses de gestión.
Para contextualizar estos números, durante la etapa de la pandemia se registraron 15.398 cierres de empresas y una reducción de 155.000 puestos de trabajo formales. Comparativamente, la gestión de Milei ha superado esas cifras en términos de pérdida de empleos y cierres de negocios, lo que plantea serias interrogantes sobre la salud del tejido productivo argentino y las políticas impulsadas por el actual gobierno.
El informe elaborado por la consultora Vectorial destaca tres etapas significativas en la erosión del sector empresarial en Argentina:
- Presidencia de Mauricio Macri: Durante este periodo, se perdieron 23.632 empresas y se destruyeron 240.000 empleos registrados.
- Crisis de la pandemia: En esta fase, el número de empresas cerradas alcanzó las 15.398, con la pérdida de 155.000 empleos.
- Gestión de Javier Milei: Desde su llegada al poder, se contabilizan 15.564 empresas cerradas y 223.537 empleos eliminados.
Estas estadísticas reflejan una contracción alarmante equivalente a una caída del 2,27% en el universo de asalariados formales en el país. Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el número de asalariados formales pasó de 9.857.173 a 9.633.636 en poco tiempo bajo la administración Milei. Los datos proporcionados por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) muestran que, entre noviembre de 2023 y mayo de 2025, la cantidad de empleadores con trabajadores formales disminuyó de 512.357 a 496.793. De este total, el 99,7% corresponde a pequeñas y medianas empresas, mientras que sólo 49 grandes compañías han tenido que cesar sus operaciones.
Sin embargo, estas cifras solo abarcan hasta mayo de 2025, dejando de lado el impacto de la reciente devaluación de la moneda en julio y el aumento drástico de las tasas de interés que complican el acceso al crédito para las empresas. Además, la incertidumbre generada por denuncias de corrupción que afectan al círculo íntimo del presidente Milei añade una capa de inestabilidad al panorama económico.
La reducción de puestos de trabajo se ha concentrado en sectores como la administración pública, la construcción, el transporte y almacenamiento, así como en la industria manufacturera. En contraste, algunos sectores vinculados a la primarización de la economía, como la pesca y la agricultura, han mostrado un incremento en la contratación de personal, aunque estos crecimientos son insuficientes para compensar la pérdida de empleos en otros sectores.
A las ya alarmantes estadísticas se suman indicadores que evidencian el crecimiento de la precarización laboral. Cada vez más personas buscan múltiples empleos para subsistir, y el número de monotributistas y cuentapropistas ha aumentado significativamente. Según el CEPA, hasta mayo de 2025, 2.149.906 personas tienen al monotributo como su modalidad ocupacional principal.
La implementación de la Ley Bases, que facilita la reforma laboral, plantea cuestionamientos sobre el futuro del empleo formal en Argentina. Las dudas sobre quién optará por contratar bajo la modalidad asalariada, cuando alternativas informales parecen más viables, continúan en el centro del debate público. En este contexto, es evidente que la gestión de Javier Milei enfrenta serios desafíos y repercusiones en la estructura laboral del país, lo que exige una urgente reconsideración de las políticas económicas actuales.